sábado, 5 de abril de 2008

Becario

Me topé en el recibidor con un viejo cronista a quien los días se le iban en articular toses y algún que otro estertor literario. Casualmente, me habían encargado –dada mi condición de becario en funciones- un borrador necrológico sobre su persona. Allí mismo, antes de iniciarse el coloquio, me saludó muy ceremonioso con la misma mano que acababa de llevarse a la boca.

Camino de casa, arrumbado ya su cadáver en mi maletero, reconocí las inconveniencias de la vida de becario y la confusa excitación de las primeras publicaciones.

1 comentario:

Sora Fernández dijo...

Es genial, entiendo que ganase. Aunque ''Tiene un nuevo mensaje'' me encantó también. Pero el tuyo, es sencillamente perfecto.